Como asociación pública de fieles, el objeto
primordial y fin de la Corporación es el culto público Nuestro Señor Jesucristo y a su
Santísima Madre la Virgen María en su advocación de nuestra titular, María Santísima del
Rocío y promover la piedad y caridad cristiana. Nuestra hermandad vive y celebra la realidad
eclesial en estrecha comunión con el Obispo, de quien recibe su misión.
La Corporación, por medio de la Junta de Gobierno y sus hermanos, cuidará que su
actuación fomente una vida más perfecta, se ajuste a los principios de piedad y caridad
cristiana, y sirva para animar con espíritu cristiano el orden temporal, teniendo en cuenta
las actividades de evangelización.