Se llevan a cabo en Honor de Nuestra Santísima Madre la Virgen del Rocío.
Son
celebrados antes de la Romería de Pentecostés y sirven de preparación espiritual para la
misma. Se inician con el rezo del Santo Rosario, se continúa con la celebración de la
Eucaristía y finalizan con el canto de la Salve.